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Fiebre de Lassa

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Fiebre de Lassa
Especialidad infectología
Síntomas Fiebre , dolores de cabeza , sangrado
Complicaciones Pérdida auditiva parcial o completa, temporal o permanente
Lassa virus
Lassa virus.JPG
Micrografía TEM de viriones del virus Lassa, atacando a una célula
Taxonomía
Dominio: Riboviria
Reino: Orthornavirae
Filo: Negarnaviricota
Clase: Ellioviricetes
Orden: Bunyavirales
Familia: Arenaviridae
Género: Arenavirus
Especie: Lassa virus
Clasificación de Baltimore
Grupo: V (Virus ARN monocatenario negativo)

La fiebre de Lassa es una fiebre hemorrágica causada por el Lassa virus, perteneciente a la familia Arenaviridae. Se transmite a los humanos a través del contacto con Mastomys natalensis (rata común africana) u objetos domésticos que resulten ser contaminados por los excrementos de Mastomys natalensis (zoonosis).​ La enfermedad es endémica en los animales roedores que habitan en algunas zonas de África Occidental.​ La enfermedad también puede transmitirse entre personas, incluso en entornos de laboratorio, especialmente en hospitales donde no se toman medidas adecuadas de control de la infección. Casi siempre a través del contacto directo con sangre u otros líquidos corporales de los pacientes.

Historia

La fiebre de Lassa se describió por primera vez en la década de los cincuenta, aunque el virus no se aisló hasta 1969.​ El nombre se debe a su primera aparición en Lassa (Nigeria). A pesar de ser endémica en África Occidental se han detectado en 2009 casos en Europa.​ Los países más afectados son los de la Unión del Río Mano (Guinea, Liberia y Sierra Leona), además de Nigeria. Se identificó que el huésped más probable es el Mastomys natalensis.

Sintomatología

La enfermedad tiene una progresión gradual, suele comenzar con fiebre, vómitos y dolor retroesternal. Entre los signos de la enfermedad puede observarse inyección conjuntival, edema periorbitario e inflamación del cuello. La cuarta parte de los pacientes manifiestan sordera. En casos graves, los pacientes sufren shock, hemorragia, derrame pleural y edema cerebral. Aproximadamente la tercera parte de los pacientes que han sido hospitalizados durante el transcurso de la enfermedad mueren, aunque el simple tratamiento de apoyo puede mejorar el desenlace clínico, siempre que se administre tempranamente. El tratamiento específico con ribavirina (se trata de un antivírico) también puede ser eficaz en algunos casos.​

Véase también

Enlaces externos


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